sábado, 31 de octubre de 2009

Al caer la noche


Es muy complicado tratar de explicar las sensaciones que uno tiene cuando sale por la noche. Es un cúmulo de emociones y de comerse el mundo de tal manera que es dificil de expresar...













Podria afirmar que cada uno de nosotros se ve de una manera, es decir, tiene idealizada una perspectiva de si mismo que generalmente no es la que en verdad se muestra. Esto quiere decir que alguno de nosotros al menos una vez al salir por la noche se ha imaginado o idealizado a si mismo pero con otro papel diferente del que tenemos, como si estuvieramos en una pelicula y fueramos los protagonistas. Que precioso seria vivir asi ¿no?,  aunque la realidad puede ser tan pesada que muchas veces te acaben frustrando tanto hasta el punto de decir: ''no sé que hago aqui, no se que debo hacer...''

En muchas ocasiones comparamos las cosa como si de una pelicula se tratase y hasta incluso jugamos dentro de un papel, y esto es algo que esta bien, porque te permite ver las cosas desde otra perspectiva. No quiero que me malinterpreten, esto no tiene nada que ver con ser falso y similares, esto tiene que ver en como visionamos la vida.

Pues retomando el tema principal, la noche en Madrid, es algo especial... hay que saber entenderla, porque puede parecer que no tiene sentido, pero he de decir que para nada; todo tiene mucho sentido. El madrid noctámbulo es una pequeña metropoli de luces, sonrisas, sonidos y olores especiales. La noche de madrid puedes sentirla, ésta te penetra en lo mas profundo. Sabes que esta sociedad es muy traicionera y que hay personas que te pueden hacer pasar la noche fatal, pero te da igual, madrid sabe guardar su tiempo para cada uno de nosotros. Y no importa como acabe la noche, pues uno siempre acaba sacando una risilla de picardia.   Es como sentirse en casa y estar comodo en ese ambiente calido que se respira en las calles.

Si pudiera comparar esa sensacion, lo mas parecido que se me viene a la cabeza es subirse a la montaña mas alta que puede existir y estirar en el borde de uno de sus acantilados los brazos, subir el menton de la cabeza y respirar profundamente, soltar el aire y mirar hacia abajo y ver un sin fin de lucecitas hasta el infinito del horizonte.







Si abrimos los sentidos podemos comprobar como la ciudad nos dice: ''no te preocupes, sigues siendo especial...''






FELICIDADES LUNNY!

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